ADVIENTO, UN CAMINO

Siguiendo el hilo del evangelio de Lc (cuatro domingos)

Adviento es tiempo fuerte litúrgico. Los textos evangélicos nos invitan a “ponernos en camino” de conversión y de fe en orden a ver y dejar a Dios entrar y “encarnarse” en nuestra vida.

Adviento es cuatro semanas, suficientes para que iniciemos un cambio personal, aceptemos la invitación y nos familiaricemos con la Palabra de Dios.
Adviento es el tiempo de la presencia y de la espera de lo eterno. Por eso, es tiempo de la alegría. Porque Dios se hace niño. Esta alegría nos anima a caminar confiados.
El gráfico que sigue nos va a ayudar a descubrir la acción del Espíritu Santo que va tejiendo, silenciosamente, el itinerario del Adviento hasta la Navidad.


I DOMINGO “C”

(Lc 21, 25 ss)


Los cuatro imperativos: “levantaos...” son cuatro actitudes que debemos potenciar; salir de la comodidad, levantar los ojos, actuar en la espera, despertar a la realidad. 


II DOMINGO “C”

(Lc 3, 1-6)


El precursor grita en el desierto dos imperativos y cuatro optativos: la geografía y el ambiente político se parecen a los de hoy. Estamos en el tiempo de salvación como ayer. 


III DOMINGO “C”

(Lc 3, 10-18)


¿Qué tenemos que hacer? Pregunta de siempre y respuesta del presente: respetar… reconocer… acoger… compartir... 


IV DOMINGO “C”

(Lc 1, 30-45)


El modo de María de esperar a Jesús es servir al prójimo, ponerse en camino hacia donde hay necesitados. Quien se proclama esclava de Dios se hace también servidora de quien la necesita.


NAVIDAD: En el prólogo del evangelio de hoy (Jn 1, 1 ss) de la misa del día, se nos revela dónde vivía la Palabra antes de encarnarse: en el seno del Padre. Ahora se nos manifiesta en un “niño”. Navidad es tiempo de visitar... de acoger… de saludar...de desear la Navidad a todos, especialmente a los que están solos, enfermos o marginados. ¡Feliz Navidad!

                                                             P.Félix Ramos Lores, C.P.