Primer viernes de abril

                              La gran promesa


Jesús Sacramentado, si el primer viernes del mes pasado, al inicio de cuaresma te disparé tantas preguntas … y me quedé en silencio y adoración… 
hoy en este viernes primero de abril, cuando me acerco a tu Pascua de Resurrección, al adorarte en la Custodia - muerto y resucitado - escucho que me dices:

“Sábete que el sufrimiento solamente es iluminado por mi Persona, y los que creéis y permanecéis en mí sois iluminados. Mi luz llegó a ti desde que fuiste bautizado; por eso tienes mi nombre “cristiano”. De ahí que te pida que te sumes a mi Pasión y a mi Cruz con agrado, con amor, como otro Cireneo.

Debes entender que para el tarro es el golpe del fraguador … , para la semilla es la tierra que la rodea y fecunda … , para la rosa es la espina que la vigila en signo de protección … , como para la arcilla es el fuego que la moldea … , y para que la uva sea más abundante es la poda que la hace sangrar … No olvides que el caudal de tu tierra se evapora y el venero de tu cuerpo se seca … , pero te hago sed de mi Lluvia, y tus deseos beberán de mi Fuente … ”

¡Jesús Sacramentado! ¡oh Sagrado Corazón de Jesús! ¡Dios de infinita ternura! Abre mis ojos para que te vea, abre mis labios para que te alabe y conforta mi corazón para que cante tu misericordia con mis hermanos.


Espíritu Santo de Dios,
desciende sobre nosotros!

Félix Ramos, c.p.
feralo34@hotmail.com