Cuaresma 5

EL CRUCIFIJO

T U S   M A N O S



Hoy me fijo en tus manos, Jesús; son esa parte de tus brazos que va de la muñeca hasta la extremidad de los dedos; manos cosidas a la cruz. Las veo como ramas fecundas de un árbol, hartas de frutos abundantes. Son:

* las que abrieron los oídos a los sordos…

* las que levantaron a la hija de Jairo…

* las que acariciaron, en toque de amor, a los niños…

* las que repartieron el pan de tu cuerpo al despedirte …

 
Me fijo detenidamente en ellas y veo que son como fuentes que manan sangre que cae sobre:

* los ojos de los que ven …

* los oídos de los que oyen …

* los cabellos de los niños …

* llueven sangre de roja y caliente a tierra, 
y se alzan a tu Padre pidiendo perdón …


¿Cuál es la llave de fuerza que las abre? ¿Dónde está el origen secreto de vida que las fecunda? ¡Ah, sí! El amor de tu pasión y muerte. ¡Gracias Jesús! Su memoria es “remedio de todos los males” (sordera, parálisis, caos, etc.). “Causa de todos los bienes” (vista, oído, salud, etc.). ¡Gracias Jesús por tus manos sanadoras!

P. Félix Ramos, CP.