Niña de Dios,
Tú que has conocido tan pronto
la dureza y el cansancio,
el dolor y las breves alegrías de la vida;
Tú que has sido pobre y huérfana,
y que has amado al prójimo incansablemente,
haciéndote sierva humilde y diligente;
Tú que has sido buena sin enorgullecerte
y que has amado al Amor
por encima de todo lo demás;
Tú que has derramado tu sangre
por no traicionar al Señor,
y que has perdonado a tu asesino,
deseando para él el paraíso,
intercede y ruega por nosotros al Padre,
para que digamos “SÍ”
al designio de Dios sobre nosotros.
Tú que has conocido tan pronto
la dureza y el cansancio,
el dolor y las breves alegrías de la vida;
Tú que has sido pobre y huérfana,
y que has amado al prójimo incansablemente,
haciéndote sierva humilde y diligente;
Tú que has sido buena sin enorgullecerte
y que has amado al Amor
por encima de todo lo demás;
Tú que has derramado tu sangre
por no traicionar al Señor,
y que has perdonado a tu asesino,
deseando para él el paraíso,
intercede y ruega por nosotros al Padre,
para que digamos “SÍ”
al designio de Dios sobre nosotros.
Tú que eres amiga de Dios
y lo ves cara a cara,
consíguenos de Él
la gracia que te pedimos…
(Pídase la gracia que se desea alcanzar)
y lo ves cara a cara,
consíguenos de Él
la gracia que te pedimos…
(Pídase la gracia que se desea alcanzar)
Te agradecemos, Santa María Goretti,
Niña de Dios,
el amor a Dios y a los hermanos
que has sembrado ya
en nuestro corazón.
Niña de Dios,
el amor a Dios y a los hermanos
que has sembrado ya
en nuestro corazón.
AMEN