Te agradezco, Trinidad Santísima, tu amor infinito y gratuito gracias al Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo, y Te adoro en oración y silencio por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina con el Padre en la unidad del Espíritu Santo.
Santísima Trinidad, unjo con óleo a la humanidad vulnerable y enferma para que el Señor la reconforte por el poder del Espíritu de Dios, y Te presento a los difuntos confiándolos a la misericordia del Padre que tiene muchas moradas y del Hijo a quien resucitó el Espíritu Santo.
Trinidad Santísima, someto con gusto toda mi existencia cristiana a tu voluntad para que se desarrolle en la Iglesia bajo tu Palabra, en la comunión de las tres Divinas Personas y en la presencia de tu santa Eucaristía.
Proclamo, Trinidad Santísima, el amor infinito y gratuito del Padre que Jesús me ha dado en la cruz, ofreciendo su vida “por nuestra salvación”, y por la acción del Espíritu Santo que irradia luz nueva sobre la faz de la tierra y en cada corazón humano que le acoge.
Santísima Trinidad, te alabo y te bendigo, con todo mi ser: Padre, Hijo y Espíritu Santo, vivo consciente de que habéis venido a mí y habéis hecho morada en mí. ¡Cuánto me amáis!
Que la Virgen María interceda por mí para que me introduzca, con todo mi amor, en la Comunión trinitaria con el fin de vivir y testimoniar el amor que da sentido a mi vida “para alabanza de tu gloria”.
P. Félix Ramos, CP.