LA GRAN PROMESA
MARZO (6º)
¡Jesús Sacramentado! si el mes pasado me presenté ante ti con deseos, exclamaciones y quejas, hoy primer viernes de marzo, el sexto mes de los nueve seguidos que deseas para entrar en la Gran Promesa, vengo a ti, iniciada la cuaresma con preguntas, dudas, e inquietudes que me perturban con frecuencia. Hélas aquí:
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! ¿Por qué a veces se me apaga tu luz y me visita la noche? ¿Por qué, si eres bueno, si eres amor, hay tanto padecer? ¿Por qué el sufrimiento humano? ¿No hubiera sido mejor, pues nos amas y nos vales, quitarnos todo dolor y todos los males? ¿Por qué la tierra oprime la semilla y no la deja nacer? ¿Para qué y por qué razón sufre el corazón humano? ¿Por qué las espinas torturan los pétalos de la flor? ¿Por qué el rosal degenera en zarzal? ¿Por qué el dolor y la muerte? ¿Por qué no nos has hecho insensibles … ? ¡Qué necio y qué ciego soy! … ¡No me doy cuenta que si la tierra acepta el arado que la araña, producirá luego más fruto … !
Jesús Sacramentado, ante ti hoy mi erotema oracional es un largo salmo de lamentación. Silencio y adoración.
“Háblame, Señor, …
que tu siervo escucha … ”
P. Félix Ramos, CP.
feralo34@hotmail.com